VOCES EN EL VIENTO
De Bologna a Buxtehude
Dime robadora / Anónimo s. XVI
Madame d’amours / Anónimo s. XVI
Helas madame / Enrique VIII (1491 - 1547)
Mille regretz / Josquin Desprez (c. 1440- 1521)
Mañanicas floridas / Anónimo s. XVII
Ay amargas soledades / Anón. S. XVII
Fors Seulement / Johannes Ockeghem (1410 – 1497)
En frolyk weson / Jacques Barbireau (1455 - 1491)
Aquila Altera / Jacopo da Bologna (s. XIV)
Vergine Bella / Guillaume Dufay (1400 – 1474)
Klaglied BuxWV 76 / D. Buxtehude (1637 - 1707)
En memoria d'Alixandre / Juan de Antxieta (1462 - 1523)
O felici occhi miei / Jacob Arcadelt (1500 - 1568)
Ne’er trouble thyself / Matthew Locke (1621 – 1677)
Las flautas traveseras aparecen en España representadas en las miniaturas de las cantigas de Alfonso X el sabio, citadas en el Quijote, y en el inventario de Felipe II fechado en 1598, donde constan 59 ejemplares (más que cornetas o flautas de pico). En Inglaterra, incluso Enrique VIII tocaba la flauta travesera, siendo uno de sus instrumentos favoritos.
Su atractivo timbre, la hizo adecuada para formar parte de los más diversos conjuntos, tanto en grupos homogéneos de flautas, como en pequeños grupos de cámara junto a otros instrumentos y voces, o en grandes conjuntos como hizo Claudio Monteverdi en sus Vísperas. Su repertorio abarca todos los ámbitos musicales: desde el campo de batalla en el que los mercenarios suizos y alemanes tocaban pífanos y tambores, hasta la corte francesa en la que la flauta travesera acompañaba danzas y canciones de amor cortesanas, como prueban las colecciones de Pierre Attaignant.
El programa ofrece una mirada retrospectiva sobre la música vocal que también se interpretaba con instrumentos desde la música medieval del Codex Faenza (Aquila Altera) y Guillaume Dufay (Vergine Bella) hasta el barroco temprano de Mathew Locke y Dietrich Buxtehude.
El inmenso legado español se ve representado por ejemplos contenidos en el Cancionero Musical de Palacio (En memoria d'Alixandre) y el Cancionero del Duque de Calabria (Dime robadora), recopilado por Fernando de Aragón y publicado en Valencia en 1556. El único ejemplar conocido de este volumen se encontró en la biblioteca de la universidad de Uppsala, en Suecia y es por ello que también se conoce como el Cancionero de Uppsala. Otro ejemplo representativo es “Ay amargas soledades”, incluído en el Cancionero Musical de Turín y con texto de Lope de Vega, que siempre asoció la poesía a su pasión amorosa.
Canciones como Fors Seulement y En frolyk weson llegaron a alcanzar tal popularidad en los siglos XV y XVI que generaron más de una veintena de versiones incluídas en diferentes manuscritos. En este caso se interpretarán las del Manuscrito de Enrique VIII de Inglaterra. Llamado así por la gran cantidad de piezas escritas por el rey que incluye (Helas Madam y posiblemente Madam d'amours), en este libro abundan también piezas de compositores contemporáneos ingleses, así como adaptaciones de motetes extranjeros, ya populares en el continente.
Dos compositores flamencos completan el programa con Mille Regretz, también llamada “La canción del Emperador” por ser la favorita de Carlos V, y O felici occhi miei de Il primo libro de madrigali a quattro voci (Venecia 1539)
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